sábado, 30 de noviembre de 2013

Bendita Poesía


BENDITA POESÍA

Cómo ha de saber el mundo
de tu vida y la mía,
de sueños cumplidos
y penas compartidas;
del amor que anuda,
del odio que separa.

Cómo ha de saber el mundo
de hazañas y derrotas,
de sangre y sudor
regando el terruño;
de hombres y mujeres
que sembrando simiente
tejieron la historia.

Cómo ha de saber el mundo
del sol que descubre
los rostros trasnochados,
de la luna cómplice
 de los enamorados;
de estrellas danzando
en el cielo infinito
cual quimeras locas sin destino.

Cómo ha de saber el mundo
de la triste agonía
 del que sufre en silencio,
de la muerte que encierra
y no deja salida;
de los breves instantes de alegría,
del semblante sereno
y la actitud tranquila.

Cómo ha de saber el mundo
de los caminos andados,
de luces y sombras
que nos acompañaron;
de nuestra libertad de ser y existir
más allá de lo incierto de cada jornada.

Cómo ha de saber Dios
el cauce de su obra,
la imitación ambiciosa
de estos pobres mortales;
la necesidad de trascender,
el miedo a perecer
y el deseo del alma a permanecer.

Cómo sabrán de nosotros
aquellos que aún no son,
así como sabemos
de aquellos que ya fueron.

Nada sería
si no hubiera palabras,
pensadas y sentidas,
plasmando pinceladas
de bendita poesía
en el lienzo de la vida.

Silvana María Mandrille

Mención Especial Género Poesía
Concurso Literario Hugo Wast 2013
Instituto Parroquial “Gustavo Martínez Zuviría”
50 años educando en la fe

Las Varillas (Cba.), Noviembre de 2013


domingo, 20 de octubre de 2013

martes, 24 de septiembre de 2013

Encuentro Coral Literario

Encuentro del Coro "Armonías" del Conservatorio Arturo Berutti y el Taller Literario "Indicios en Tinta" en la Biblioteca Popular de San Francisco (22/09/13)








sábado, 21 de septiembre de 2013

Alguien

ALGUIEN

ALGUIEN nace a la vida llorando.
Abandona las entrañas maternales 
y prueba por vez primera  el desamparo,
mama leche y mundo sin saberlo.

ALGUIEN quiere vivir y no lo dejan.
Falaces utopías y crudas realidades
le cierran caminos, le alzan muros;
y en su prisión lo encierra la costumbre.

ALGUIEN pretende eternizarse,
pasional, amoroso, fiel, en puerto seguro
y se ahoga en el mar sin poder escapar
de los barcos que se hunden

ALGUIEN muere de pena o de vejez,
de cansancio o de amor;
desamparado y solo,
vomitando el mundo que antes se tragó.

ALGUIEN es un niño que quiere ser hombre.

ALGUIEN es un hombre que quiere ser niño.

ALGUIEN quiere ser pájaro.

ALGUIEN quiere ser jaula.

ALGUIEN quiere ser todo

ALGUIEN quiere ser nada.

Silvana María Mandrille

Tercer Premio
Concurso Poético “El Árbol de Guernica” 
Casa Vasca Beti Aurrera – SADE Secc. Chivilcoy
Chivilcoy (Bs. As.), Septiembre de 2013


sábado, 31 de agosto de 2013

La encantadora de vientos

PRESENTACIÓN DE SILVINA GRIMALDI BONÍN EN LA BIBLIOTECA POPULAR DE SAN FRANCISCO (30/08/13)




domingo, 11 de agosto de 2013

Mentes abiertas en espacios cerrados

PRESENTACIÓN DEL LIBRO "MENTES ABIERTAS EN ESPACIOS CERRADOS" DE LA PROF. SILVANA MARÍA MANDRILLE






















viernes, 2 de agosto de 2013

Doña Azunta Postergada

DOÑA AZUNTA POSTERGADA

Esta es la historia de doña Azunta Postergada, una mujer que se había pasado la vida conformando a los demás. A todos, menos a ella.
            Cuando fue niña ofició de madre de su hermano menor, un niño hiperquinético que la tenía a mal traer. Cuando ella andaba por el séptimo de la primaria, el pequeño transitaba el primer grado. Y como iban a la misma escuela, Azunta siempre debía responder por las travesuras del infante que no eran ni pocas, ni inocentes. Una vez le pegó un puñete tan fuerte a una compañerita en la espalda, a la altura de los pulmones, que la niña casi dejó de respirar. En otra oportunidad, jugando a los indios, lanzó una caña con la punta afilada a modo de lanza con tan mala suerte (o muy buena puntería) que casi le saca un ojo a la maestra de cuarto. En fin, la tarea fraterna de Azunta nadie se la envidiaba, sobre todo porque ni la misma madre le reconocía el sacrificio (que bien podría haberlo hecho como favor a cambio de reemplazarla en lo que era su responsabilidad de criadora).
            El tiempo pasó y llegada su adolescencia, habiendo cumplido ya con su rol de niñera, del que había salido con las piernas verdes de moretones por las patadas del hermano, se transformó en amiga confidente y guardadora de los múltiples secretos de amor que le confiaban sus pares. Más que Azunta, en esa etapa de su vida, fue Celestina. Hizo de correo, de tenedora de vela, de aguantadora de algún amigo del novio de la amiga… En fin hasta escribió poemas y se los dejó plagiar. Todo en pro de la felicidad de sus afectuosas amistades. Además se tomó el tiempo para desperdiciar casi toda su juventud al lado de jóvenes negativos, depresivos, huérfanos, adoptados. Hasta le tocó uno con ideas suicidas en el reparto. Un buen caldo de cultivo para incentivar su interés por la Psicología que ya empezaba a avizorase; y que, lógicamente con la suma de aconteceres nefastos, se fue acrecentando hasta convertirse en una realidad, un poco más brillante  que la de haber encallado primero en la espeluznante profesión de maestra. Todo esto sucedía mientras la vida que soñaba le pasaba a la par: un sueño pasaba acompañado de una rubia top model, el otro tomado de la mano de una morocha infartante, un tercero (que parecía la opción más accesible) a punto de hipotecar sus días al lado de una veterana platinada.
            Azunta siempre tuvo fe en el futuro. Algún día sería dueña y señora de su vida como Dios manda. Pero el cielo, si bien se aclaró bastante, nunca fue celeste y limpio, sino más bien lleno de nubarrones grises y perpetuos. Después de contraer nupcias a una edad algo avanzada para la época, logró libar el néctar de las flores en primavera cual abeja hambrienta y también exprimir el jugo de su media naranja, y hasta se dio el gusto de pasear en una nube blanca burlando a las plomizas que la cortejaban.
            Un día por casualidad se encontró con el almanaque. Sorprendida descubrió que habían pasado treinta años. De no haber reparado en aquel cruel medidor del tiempo, ella diría que apenas fue ayer que aún era la niñera del hermano. La verdad que las piernas seguían entre verde y azuladas como entonces, con la diferencia que ahora se trataba de várices. ¡Y ella todavía seguía esperando un futuro en el que concretar sus anhelos! Apretó el freno, quitó el pie del acelerador y se detuvo a meditar (había leído tantos libros orientales que pintaban facilísima la meditación). Era cuestión de exhalar los problemas y las preocupaciones y de inhalar bendiciones, emociones, determinaciones, sanaciones, visiones y no sé cuántas otras cosas más terminadas en “iones”. La dificultad era poner su mente en blanco aunque lo intentaba, pero al cerrar los ojos por la oscuridad empezaban a pasar las imágenes del pasado teñidas de cotidianeidad y rutina, cargadas de obligaciones y culpas, escasas de bienestar propio. Y así cual diapositivas se iban sucediendo los momentos de su vida repartidos entre criar a los hijos, ejercer de ama de casa, cuidar a los padres enfermos y atender las demandas de alumnos que succionaban su savia. Pronto cayó en la cuenta de que su vida hasta ese momento había sido un compendio de presiones laborales,  apuros familiares y compromisos sociales.
            Entre intentos frustrados de meditación y una que otra sesión al psiquiatría, un buen día y sin previo aviso le llegó la jubilación. Y debió ser precisamente en ese instante cuando Azunta dejó de cifrar sus esperanzas en el futuro y empezó a vivir con plenitud el presente.

Silvana

Segundo Premio Género Narrativa
Decimotercero Concurso Literario Internacional
“Alfonsina Storni”
S.A.D.E. Secc. Marcos Juárez (Cba.), Julio de 2013


miércoles, 26 de junio de 2013

"Hermanando Continentes 2013"

OLVIDARSE EL CORAZÓN

Cuando las aves pueblan la mañana,
el reloj me sentencia a la vigilia.
Empezar a recorrer el nuevo día, es la consigna;
la incertidumbre es adónde me llevará el camino.
Nunca se sabe si habrá obstáculos, premios, castigos,
milagros, desgracias , rupturas, inicios,
soledad, compañía, verdad, mentira…
Sólo hay que arriesgarse a vivir la aventura
y llenarse las manos de quehaceres mundanos.
Ir y venir por el tiempo que marcan las horas…
Cumplir  los mandatos…
Acariciar las palabras o empuñarlas como espadas,
según el motor que me inspire o la gente que me reciba.
Ataque y defensa parecieran ser
el equipaje de esta escena cruel,
donde el orgullo y la pasión no dejan lugar al perdón.
Y después de andar toda la jornada
repartiendo el ser entre tantos roles,
me quedo sin nada.
Al llegar la noche, rendida y sin anhelos,
regreso al hogar sin ganas de saludar.
Regaño a mi hijo sin motivo,
esquivo el abrazo y me privo del amor.
Dispuesta a descansar hasta el otro día,
apronto el reloj como de costumbre;
pero antes de dormirme descubro
olvidado mi corazón en un rincón del cuarto.
Entonces entiendo por qué mi alma está vacía
y mis manos mueren entre las sombras.















MI REFUGIO

En el rincón de los afectos
descubro mi esencia más pura,
aquella que nunca se asoma
en los grises que pintan la vida.

Mis lágrimas lloran recuerdos del pasado
y el pañuelo del presente no me alcanza
para enjugar tristezas y agonías.

Se estruja el corazón en cada estación
donde el tren se detiene,
y después de la estocada continúa el viaje
hacia algún destino incierto para mi alma.

Mas de tanto andar el corazón se cansa
y con la resignación de quien ya no espera nada,
encuentro un refugio donde me acomodo;
la ternura a un lado, el amor al otro
y en el medio de la cama
mi cabeza loca apoyada en tu almohada.


Silvana

Mención de Honor
XXXV Concurso  Internacional de Poesia  y  Narrativa
“Hermanando  Continentes  2013”
Instituto Cultural Latinoamericano
Junín (Bs. As.), Junio de 2013

lunes, 13 de mayo de 2013

Mi dulce niña mujer


MI DULCE NIÑA MUJER

- A María Lucrecia en sus 15 años -


En este Abril el Otoño
se viste de Primavera…

Atrás quedaron los años de la infancia,
dulce niña,
cual retazos de inocencia
con mimos y golosinas
endulzando una etapa
de alma recién nacida.

Ayer ensayaste en juegos
los roles que ahora te invitan
a transitar nuevos días hasta llegar,
dulce niña, a la mujer que te habita.

Con esos tacones altos
y ataviada de princesa
sueñas que sueñas la vida
vives que vives los sueños.
¡Sé feliz, mi dulce niña!

¡La flor está tan bonita
hoy que abrió todos sus pétalos!
Son quince… los he contado…
quince años, dulce niña,
quince abriles que en ti anidan.

Mañana habrá fotos, recuerdos,
anécdotas y alegrías
guardados en el corazón
de una mujer ya florecida
que a la niña, dulce niña,
siempre traerán a este día.

Cuántas certezas quisiera
obsequiarte en este instante,
mas sólo tengo anhelos
y algún que otro consejo
de tía consentidora para ti, mi dulce niña.

Nunda aceleres los pasos,
es mejor no andar de prisa
para llegar a algún lado.

Los caminos que se abren
ya verás son infinitos
y no se puede con todos.
Hay que apostar a uno solo.

Exento de equivocarse
no ha estado jamás ninguno.
Sin embargo no hay error
que sólo sea infortunio,
también te dará valor
para emprender nuevo rumbo.

La confianza en tus afectos
es el mejor equipaje
para enfrentar imprevistos.
Padres, hermanos, amigos…
incondicionales siempre serán contigo.

¡Y ya basta de lecciones
que bien sabrás aprender!
¡A estrenar la juventud, a compartir la ilusión,
a volar con alas nuevas
y a celebrar la ocasión.
Con un dejo de nostalgia
y un puñado de esperanzas
te deseo feliz cumple, mi dulce niña- mujer.

Tía Silvana


Capullo


CAPULLO

- A mi sobrino Vittorio -



Ojitos de cielo,
manitas de miel
se encendió la vida
viéndote nacer.

Llegaste a tiempo
capullo de amor
para llenar los huecos
que deja el dolor.
Para animar los sueños
dormidos de ayer,
para endulzar con besos
mejillas de sal.
Llegaste a tiempo
capullo de amor
para curar heridas,
para limpiar las almas,
para ahuyentar fantasmas,
para traernos paz,
para enseñar que siempre
se vuelve a empezar.

Llegaste a tiempo
capullo de amor
para salvar las naves,
para pintar estrellas,
para ser nuestro refugio,
para marcarnos nuevos
y esperanzadores senderos.

Llegaste a tiempo
capullo de amor
con la primavera
abriéndose en flor,
con el sol que brilla
al pasar la tormenta,
con el arco iris
de siete colores,
con buenos presagios
y con bendiciones.

Llegaste a tiempo
capullo de amor,
ojitos de cielo,
manitas de miel
para amarte mucho,
para hacerte bien.

Tía Silvana