sábado, 7 de diciembre de 2013
sábado, 30 de noviembre de 2013
Bendita Poesía
BENDITA POESÍA
Cómo ha de saber el mundo
de tu vida y la mía,
de sueños cumplidos
y penas compartidas;
del amor que anuda,
del odio que separa.
Cómo ha de saber el mundo
de hazañas y derrotas,
de sangre y sudor
regando el terruño;
de hombres y mujeres
que sembrando simiente
tejieron la historia.
Cómo ha de saber el mundo
del sol que descubre
los rostros trasnochados,
de la luna cómplice
de los enamorados;
de estrellas danzando
en el cielo infinito
cual quimeras locas sin
destino.
Cómo ha de saber el mundo
de la triste agonía
del que sufre en silencio,
de la muerte que encierra
y no deja salida;
de los breves instantes de
alegría,
del semblante sereno
y la actitud tranquila.
Cómo ha de saber el mundo
de los caminos andados,
de luces y sombras
que nos acompañaron;
de nuestra libertad de ser y
existir
más allá de lo incierto de
cada jornada.
Cómo ha de saber Dios
el cauce de su obra,
la imitación ambiciosa
de estos pobres mortales;
la necesidad de trascender,
el miedo a perecer
y el deseo del alma a permanecer.
Cómo sabrán de nosotros
aquellos que aún no son,
así como sabemos
de aquellos que ya fueron.
Nada sería
si no hubiera palabras,
pensadas y sentidas,
plasmando pinceladas
de bendita poesía
en el lienzo de la vida.
Silvana María Mandrille
Mención Especial Género Poesía
Concurso Literario Hugo Wast
2013
Instituto Parroquial “Gustavo
Martínez Zuviría”
50 años educando en la fe
Las Varillas (Cba.),
Noviembre de 2013
domingo, 20 de octubre de 2013
martes, 24 de septiembre de 2013
Encuentro Coral Literario
Encuentro del Coro "Armonías" del Conservatorio Arturo Berutti y el Taller Literario "Indicios en Tinta" en la Biblioteca Popular de San Francisco (22/09/13)
sábado, 21 de septiembre de 2013
Alguien
ALGUIEN
ALGUIEN nace a la vida llorando.
Abandona las entrañas maternales
y prueba por vez primera el desamparo,
mama leche y mundo sin saberlo.
ALGUIEN quiere vivir y no lo dejan.
Falaces utopías y crudas realidades
le cierran caminos, le alzan muros;
y en su prisión lo encierra la costumbre.
ALGUIEN pretende eternizarse,
pasional, amoroso, fiel, en puerto seguro
y se ahoga en el mar sin poder escapar
de los barcos que se hunden
ALGUIEN muere de pena o de vejez,
de cansancio o de amor;
desamparado y solo,
vomitando el mundo que antes se tragó.
ALGUIEN es un niño que quiere ser hombre.
ALGUIEN es un hombre que quiere ser niño.
ALGUIEN quiere ser pájaro.
ALGUIEN quiere ser jaula.
ALGUIEN quiere ser todo
ALGUIEN quiere ser nada.
Silvana María Mandrille
Tercer Premio
Concurso Poético “El Árbol de Guernica”
sábado, 31 de agosto de 2013
domingo, 11 de agosto de 2013
Mentes abiertas en espacios cerrados
viernes, 2 de agosto de 2013
Doña Azunta Postergada
DOÑA
AZUNTA POSTERGADA
Esta es la historia de doña
Azunta Postergada, una mujer que se había pasado la vida conformando a los
demás. A todos, menos a ella.
Cuando
fue niña ofició de madre de su hermano menor, un niño hiperquinético que la
tenía a mal traer. Cuando ella andaba por el séptimo de la primaria, el pequeño
transitaba el primer grado. Y como iban a la misma escuela, Azunta siempre
debía responder por las travesuras del infante que no eran ni pocas, ni
inocentes. Una vez le pegó un puñete tan fuerte a una compañerita en la
espalda, a la altura de los pulmones, que la niña casi dejó de respirar. En
otra oportunidad, jugando a los indios, lanzó una caña con la punta afilada a
modo de lanza con tan mala suerte (o muy buena puntería) que casi le saca un
ojo a la maestra de cuarto. En fin, la tarea fraterna de Azunta nadie se la
envidiaba, sobre todo porque ni la misma madre le reconocía el sacrificio (que bien
podría haberlo hecho como favor a cambio de reemplazarla en lo que era su
responsabilidad de criadora).
El
tiempo pasó y llegada su adolescencia, habiendo cumplido ya con su rol de
niñera, del que había salido con las piernas verdes de moretones por las
patadas del hermano, se transformó en amiga confidente y guardadora de los
múltiples secretos de amor que le confiaban sus pares. Más que Azunta, en esa
etapa de su vida, fue Celestina. Hizo de correo, de tenedora de vela, de
aguantadora de algún amigo del novio de la amiga… En fin hasta escribió poemas
y se los dejó plagiar. Todo en pro de la felicidad de sus afectuosas amistades.
Además se tomó el tiempo para desperdiciar casi toda su juventud al lado de
jóvenes negativos, depresivos, huérfanos, adoptados. Hasta le tocó uno con
ideas suicidas en el reparto. Un buen caldo de cultivo para incentivar su
interés por la Psicología
que ya empezaba a avizorase; y que, lógicamente con la suma de aconteceres
nefastos, se fue acrecentando hasta convertirse en una realidad, un poco más
brillante que la de haber encallado
primero en la espeluznante profesión de maestra. Todo esto sucedía mientras la
vida que soñaba le pasaba a la par: un sueño pasaba acompañado de una rubia top
model, el otro tomado de la mano de una morocha infartante, un tercero (que
parecía la opción más accesible) a punto de hipotecar sus días al lado de una
veterana platinada.
Azunta
siempre tuvo fe en el futuro. Algún día sería dueña y señora de su vida como
Dios manda. Pero el cielo, si bien se aclaró bastante, nunca fue celeste y
limpio, sino más bien lleno de nubarrones grises y perpetuos. Después de
contraer nupcias a una edad algo avanzada para la época, logró libar el néctar
de las flores en primavera cual abeja hambrienta y también exprimir el jugo de
su media naranja, y hasta se dio el gusto de pasear en una nube blanca burlando
a las plomizas que la cortejaban.
Un día
por casualidad se encontró con el almanaque. Sorprendida descubrió que habían
pasado treinta años. De no haber reparado en aquel cruel medidor del tiempo,
ella diría que apenas fue ayer que aún era la niñera del hermano. La verdad que
las piernas seguían entre verde y azuladas como entonces, con la diferencia que
ahora se trataba de várices. ¡Y ella todavía seguía esperando un futuro en el
que concretar sus anhelos! Apretó el freno, quitó el pie del acelerador y se
detuvo a meditar (había leído tantos libros orientales que pintaban facilísima
la meditación). Era cuestión de exhalar los problemas y las preocupaciones y de
inhalar bendiciones, emociones, determinaciones, sanaciones, visiones y no sé
cuántas otras cosas más terminadas en “iones”. La dificultad era poner su mente
en blanco aunque lo intentaba, pero al cerrar los ojos por la oscuridad
empezaban a pasar las imágenes del pasado teñidas de cotidianeidad y rutina,
cargadas de obligaciones y culpas, escasas de bienestar propio. Y así cual
diapositivas se iban sucediendo los momentos de su vida repartidos entre criar
a los hijos, ejercer de ama de casa, cuidar a los padres enfermos y atender las
demandas de alumnos que succionaban su savia. Pronto cayó en la cuenta de que
su vida hasta ese momento había sido un compendio de presiones laborales, apuros familiares y compromisos sociales.
Entre
intentos frustrados de meditación y una que otra sesión al psiquiatría, un buen
día y sin previo aviso le llegó la jubilación. Y debió ser precisamente en ese
instante cuando Azunta dejó de cifrar sus esperanzas en el futuro y empezó a
vivir con plenitud el presente.
Silvana
Segundo Premio
Género Narrativa
Decimotercero Concurso Literario Internacional
“Alfonsina Storni”
S.A.D.E. Secc. Marcos Juárez (Cba.), Julio de 2013
miércoles, 26 de junio de 2013
"Hermanando Continentes 2013"
OLVIDARSE EL CORAZÓN
Cuando las aves
pueblan la mañana,
el reloj me
sentencia a la vigilia.
Empezar a
recorrer el nuevo día, es la consigna;
la incertidumbre
es adónde me llevará el camino.
Nunca se sabe si
habrá obstáculos, premios, castigos,
milagros,
desgracias , rupturas, inicios,
soledad, compañía,
verdad, mentira…
Sólo hay que
arriesgarse a vivir la aventura
y llenarse las
manos de quehaceres mundanos.
Ir y venir por
el tiempo que marcan las horas…
Cumplir los mandatos…
Acariciar las
palabras o empuñarlas como espadas,
según el motor
que me inspire o la gente que me reciba.
Ataque y defensa
parecieran ser
el equipaje de
esta escena cruel,
donde el orgullo
y la pasión no dejan lugar al perdón.
Y después de
andar toda la jornada
repartiendo el
ser entre tantos roles,
me quedo sin
nada.
Al llegar la
noche, rendida y sin anhelos,
regreso al hogar
sin ganas de saludar.
Regaño a mi hijo
sin motivo,
esquivo el
abrazo y me privo del amor.
Dispuesta a
descansar hasta el otro día,
apronto el reloj
como de costumbre;
pero antes de
dormirme descubro
olvidado mi
corazón en un rincón del cuarto.
Entonces
entiendo por qué mi alma está vacía
y mis manos
mueren entre las sombras.
MI REFUGIO
En el rincón de
los afectos
descubro mi
esencia más pura,
aquella que
nunca se asoma
en los grises
que pintan la vida.
Mis lágrimas
lloran recuerdos del pasado
y el pañuelo del
presente no me alcanza
para enjugar
tristezas y agonías.
Se estruja el
corazón en cada estación
donde el tren se
detiene,
y después de la
estocada continúa el viaje
hacia algún
destino incierto para mi alma.
Mas de tanto
andar el corazón se cansa
y con la
resignación de quien ya no espera nada,
encuentro un
refugio donde me acomodo;
la ternura a un
lado, el amor al otro
y en el medio de
la cama
mi cabeza loca
apoyada en tu almohada.
Silvana
Mención de Honor
XXXV Concurso Internacional de Poesia y Narrativa
“Hermanando Continentes 2013”
Instituto Cultural Latinoamericano
Junín (Bs. As.), Junio de 2013
lunes, 13 de mayo de 2013
Mi dulce niña mujer
MI DULCE NIÑA MUJER
- A María Lucrecia en sus 15 años -
En este Abril el Otoño
se viste de Primavera…
Atrás quedaron los años de la
infancia,
dulce niña,
cual retazos de inocencia
con mimos y golosinas
endulzando una etapa
de alma recién nacida.
Ayer ensayaste en juegos
los roles que ahora te invitan
a transitar nuevos días hasta
llegar,
dulce niña, a la mujer que te
habita.
Con esos tacones altos
y ataviada de princesa
sueñas que sueñas la vida
vives que vives los sueños.
¡Sé feliz, mi dulce niña!
¡La flor está tan bonita
hoy que abrió todos sus
pétalos!
Son quince… los he contado…
quince años, dulce niña,
quince abriles que en ti
anidan.
Mañana habrá fotos, recuerdos,
anécdotas y alegrías
guardados en el corazón
de una mujer ya florecida
que a la niña, dulce niña,
siempre traerán a este día.
Cuántas certezas quisiera
obsequiarte en este instante,
mas sólo tengo anhelos
y algún que otro consejo
de tía consentidora para ti,
mi dulce niña.
Nunda aceleres los pasos,
es mejor no andar de prisa
para llegar a algún lado.
Los caminos que se abren
ya verás son infinitos
y no se puede con todos.
Hay que apostar a uno solo.
Exento de equivocarse
no ha estado jamás ninguno.
Sin embargo no hay error
que sólo sea infortunio,
también te dará valor
para emprender nuevo rumbo.
La confianza en tus afectos
es el mejor equipaje
para enfrentar imprevistos.
Padres, hermanos, amigos…
incondicionales siempre serán
contigo.
¡Y ya basta de lecciones
que bien sabrás aprender!
¡A estrenar la juventud, a
compartir la ilusión,
a volar con alas nuevas
y a celebrar la ocasión.
Con un dejo de nostalgia
y un puñado de esperanzas
te deseo feliz cumple, mi
dulce niña- mujer.
Capullo
CAPULLO
- A mi sobrino Vittorio -
Ojitos de cielo,
manitas de miel
se encendió la vida
viéndote nacer.
Llegaste a tiempo
capullo de amor
para llenar los huecos
que deja el dolor.
Para animar los sueños
dormidos de ayer,
para endulzar con besos
mejillas de sal.
Llegaste a tiempo
capullo de amor
para curar heridas,
para limpiar las almas,
para ahuyentar fantasmas,
para traernos paz,
para enseñar que siempre
se vuelve a empezar.
Llegaste a tiempo
capullo de amor
para salvar las naves,
para pintar estrellas,
para ser nuestro refugio,
para marcarnos nuevos
y esperanzadores senderos.
Llegaste a tiempo
capullo de amor
con la primavera
abriéndose en flor,
con el sol que brilla
al pasar la tormenta,
con el arco iris
de siete colores,
con buenos presagios
y con bendiciones.
Llegaste a tiempo
capullo de amor,
ojitos de cielo,
manitas de miel
para amarte mucho,
para hacerte bien.
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