EL JUEGO DE LA COPA
Eran demasiado jóvenes para medir
consecuencias. Todo lo tomaban como un entretenimiento y un poco en broma.
Pasaron del juego de la botella que, con suerte a favor, les permitía
intercambiar inocentes besos con las muchachas del barrio al juego de la copa
sin saber nada de espíritus, ni almas en pena.
Un atardecer, los cuatro muchachotes
se juntaron en una casa abandonada. Apartaron las telarañas de la puerta para
lograr entrar y sobre una mesa desvencijada colocaron la copa. Ellos se
acomodaron alrededor, sentados sobre unas gavetas de madera vieja. El más
atrevido era Juanjo. Ya estaba saboreando la hazaña para después comentarla por
el pueblo. Miguel y Pedro no estaban muy convencidos, pero apoyaban el
capricho. Lucas, sobrino de la bruja del lugar, los había alertado sobre las
inconveniencias de practicar ciertos rituales, ya que muchos espíritus no
deseaban ser molestados y las consecuencias podían ser muy desagradables. Juanjo
se reía y tildaba a sus amigos de miedosos, pero por las dudas andaba con una
navaja en la cintura.
Tipo diez de la noche, comenzaron el
experimento. El primero en preguntar fue Miguel:
-¿Estamos solos en la casa?
Por respuesta, un cuadro se
desprendió de la pared y cayó pesadamente sobre el piso de mosaicos desteñidos.
-Parece que tenemos compañía, dijo
Pedro, sin asustarse.
-Vayamos despacio chicos, expresó el
sobrino de la hechicera, lo que acaba de suceder es la manifestación de un
espíritu.
-¿Podemos saber quién eres?, indagó
Juanjo con cierta provocación.
El cuadro voló desde donde había
caído hasta el centro de la mesa. En realidad era un retrato desde donde una
joven mujer en blanco y negro, escrutaba los ojos de los cuatro entrometidos.
Un escalofrío recorrió los cuerpos de aquellos púberes, pero no estaban
dispuestos a dar un paso atrás… Y siguieron preguntando:
-¿Tienes nombre, mujer?, rumió
nuevamente el más osado de los cuatro.
El viento comenzó a soplar muy fuerte
y la ventana se abrió de par en par. Un papel amarillento sobrevoló el ambiente
por un momento hasta posarse también en la mesa, cerca del retrato. Con letras
rojas de sangre, se leía: “Ana”.
Las cuatro miradas se encontraron en
un punto y los hombros se encogieron dando a entender que nadie había conocido
a una tal Ana, ni habían sentido hablar de ella en el poblado. Sin embargo a
Lucas, por un instante, la imagen de la dama le había resultado familiar.
-¿Viviste en esta casa?, se animó
Lucas a su primera pregunta.
Fue entonces que todo comenzó a
cobrar vida en el tugurio, el vaso empezó a levitar y subió treinta centímetros
por arriba de la mesa, los muebles comenzaron a cambiarse de lugar sin que
nadie los tocara, de un piano vetusto que ocupaba un rincón del desván se
desprendía una música muy bella pero también muy triste. A esta altura Miguel y
Pedro ya querían salir corriendo de la habitación.
-¿Puedes señalar si conoces a alguno
de nosotros?, retrucó Juanjo mientras la taquicardia se apoderó de los otros
tres.
Entonces el vaso descendió a la
superficie de la mesa y se colocó frente a Lucas que, impávido, no salía de su
asombro y de su incertidumbre.
-¿Qué relación tenías conmigo?,
inquirió con impaciencia Lucas.
En ese preciso instante, se abrió la
puerta de la casona y apareció la tía vidente. Ana salió del retrató y con un
movimiento rápido tomó la navaja de Juanjo, y la clavó en la garganta de la
hermana a la altura de la yugular. Al mismo tiempo, una voz de ultratumba
reveló: “Te adueñaste de mis poderes y de mi hijo. Ahora mi alma puede
abandonar esta dimensión y descansar en paz”. Un rayo de luz escapó por la
ventana, llevándose las lágrimas de Lucas. Pedro y Miguel huyeron despavoridos.
Nunca más se supo de ellos en la aldea. La maldita maga murió desangrada en el
umbral del pórtico.
Juanjo fue hallado como único
culpable del crimen.
Silvana María Mandrille
Mención de Honor Género Cuento
18º Certamen Internacional de Poesía
y Cuento
Ediciones Mis Escritos
Buenos Aires, Agosto de 2019
Resultados
Finales - 18º Certamen Internacional de Cuento
1º Premio - Bossa, Jorge Emilio
|
Decisión
|
|
San Francisco - Cba. - Argentina
|
|
San Francisco
|
2º Premio - García, María Narcisa
|
De a raptos
|
|
Ciudad de Bs. As. - Argentina
|
|
C.A.B.A.
|
3º Premio - Caramés, Sara
|
Zapatos rojos
|
|
Mar del Plata - Bs. As. - Argentina
|
|
Mar del Plata
|
4º Premio - Maggio, Adriana Irma
|
Manos de pintura
|
|
Ciudad de Bs. As. - Argentina
|
|
C.A.B.A.
|
5º Premio - Kerschen, Eduardo Roberto
|
El tren
|
|
Garín - Bs. As. - Argentina
|
|
Garín
|
Mención de Honor - Álvarez, María Elvira
|
Primera fila
|
|
Alejandro Korn - Bs. As. - Argentina
|
|
Alejandro Korn
|
Mención de Honor - D'Alesandro, Raúl Oscar
|
Brenda me abandonó
|
|
Mar del Plata - Bs. As. - Argentina
|
|
Mar del Plata
|
Mención de Honor - González, Teresa María
|
Una rosa en el desierto
|
|
Bella Vista - Tucumán - Argentina
|
|
Bella Vista
|
Mención de Honor - Goñi Capurro, Juan Pablo
|
Gritos en la oscuridad
|
|
Olavaría - Bs. As. - Argentina
|
|
Olavarría
|
Mención de Honor - Hincapie, Humberto
|
Como atrapar a un ladrón
|
|
Kariong - Australia
|
|
Kariong
|
Mención de Honor - Katz, Mario
|
Castorino
|
|
Ciudad de Bs. as. - Argentina
|
|
C.A.B.A.
|
Mención de Honor - Mandrille, Silvana María
|
El juego de la copa
|
|
San Francisco - Cba. - Argentina
|
|
San Francisco
|