martes, 8 de noviembre de 2022

La caída de Juan

 

LA CAÍDA DE JUAN

 

Las primeras luces del amanecer se filtraban por la minúscula ventana enrejada. Un observador exterior habría logrado percibir una silueta suspendida en el aire.

Sentada en el cordón de la vereda, una joven de cara redondeada y ojos de ilusión, esperaba desde muy temprano.

A media mañana alguien se percató de su presencia…

 

- Mirá Pedernera, lo novia del Juan vino a buscarlo.

- Pobre piba, tan joven… ¡Y es linda! ¿No habrá tenido chance de conseguir algo mejor?

- No lo subestimes al Juan, Pedernera, también es buen tipo. Tropezó una vez en la vida y ya la pagó. Nada que ver con las otras escorias que vienen a parar acá.

- Pero el tropezón lo hizo caer feo al Juan. No te olvides que se cargó una vida.

 

Tenía razón Pedernera. Habían pasado muchos años de aquel fatídico episodio, como diez. El Juan tendría veinte y había cometido el pecado de enamorarse perdidamente de una mujer de veintisiete. No era la edad lo que hacía la diferencia entre ellos, sino la conducta.

Él trabajaba en el campo del padre y pesito que juntaba lo empeñaba para amueblar la casita que había comprado en el pueblo.

Un día pasó por la joyería y compró las alianzas. No pudo esperar hasta la noche para sorprenderla. Decidió verla inmediatamente y entregarle el obsequio. Como ella vivía a dos casas de la joyería, en un santiamén estuvo ahí. Rápidamente barajó la llave en su bolsillo y con cierto arrebato abrió la puerta. La sorpresa fue para él cuando vio que su mujer, la que él pretendía hacer su esposa, gozaba desnuda y entrelazada al cuerpo de otro hombre. La reacción fue inmediata. Volvió sobre sus pasos hasta la mesa de la cocina. Tomó la cuchilla y regresó al dormitorio para incrustársela justo en el corazón. La muerte no se hizo esperar y la policía tampoco. Lo que nadie supo es que el corazón de Juan también dejó de latir en aquel preciso instante.

 

Bien sabemos que si el suceso hubiera tenido lugar en esta época, estaríamos hablando de femicidio y una legión de mujeres identificadas con la muerta, estarían marchando por las calles del pueblo portando bien alto una pancarta con la inscripción NIUNAMENOS. El mismo Juan sería tildado de psicópata y todos estarían pidiendo reclusión perpetua para el degenerado.

 

La vida en el Penal fue dura al principio, pero enseguida le tomaron aprecio porque tenía buen comportamiento y era respetuoso, tanto con sus iguales como con los guardias. Era mozo en el casino de oficiales y a la hora del almuerzo o la cena, no faltaba quien lo incomodara con alguna frase melosa referida al noviazgo que había entablado con una joven a la que conoció a través de una de esas revistas del corazón.

La relación era sólida. Los padres de la muchacha ya habían ido a conocerlo y todo iba viento en popa. Cuando él recuperara la libertad se casarían. Ya tenían casa, muebles y ajuar. No faltaba nada, sólo que se cumpliera el plazo de la condena que por fin había llegado a su término.

 

- Andá Pedernera. Traelo al Juan.

- Pero… ¿Cómo? ¿No está en el casino de oficiales? Habíamos quedado que vendría temprano en la mañana para enseñarle al inútil del Rata lo que tiene que hacer cuando quede en su lugar.

- Bueno, bueno, el muchacho tenía que preparar sus bártulos. Es su día más importante, se va en libertad y después al registro civil.  Me pareció que con tantas emociones, había que dejarlo tranquilo y solo hasta la hora de irse.

- Cómo mande Señor Jefe de Guardia, ya se lo traigo.

 

La novia que ya se había acercado y estaba preparada para recibirlo en la puerta de salida, escuchó gritos y corridas.

Pedernera le dijo algo en el oído al Jefe de Guardia. Los rostros de ambos estaban contraídos.

A esta altura, un observador exterior ya no habría percibido la silueta suspendida en el aire.

 

- Pobre Juan… ¿Qué le habrá pasado, Pedernera? ¡Se lo veía tan contento!

- La conciencia, Jefe. La conciencia no perdona. Usted mismo lo dijo, el Juan era hombre de un solo tropiezo.

- ¡Quién lo hubiera dicho, Pedernera! ¿Y ahora? ¿Ahora quién se lo dice a la novia?

 

Silvana María Mandrille

 

Mención de Honor

Concurso Literario Narrativo “Contate un cuento XV”

Categoría “E” (Adultos)

Escuela Secundaria Nº 3 "Carmelo Sánchez"

Balcarce (Bs. As.), octubre de 2022